
¿Quién soy y qué busco?
Mi nombre es Gabi Roab , puedo decir que soy una mujer con muchas facetas, que mi vida ha sido muy rica en experiencias y cada una de ellas ha moldeado mi personalidad, de profesión médico que he ejercido durante casi cuarenta años, con gratas experiencias y tres epidemias en mi haber con todo lo que he podido aprender de esos momentos difíciles. Soy inquieta, Idealista, apasionada, comprometida, con carácter, viajera y una mujer que disfruta de la vida en toda su extensión, que he aprendido a valorar cada momento y que el presente es lo único importante.
Porque he superado etapas difíciles, enfermedad y duelo por la pérdida de seres queridos, al paso del tiempo me he fortalecido y he aceptado y perdonado. Esos momentos también me han enseñado, que siempre hay un nuevo amanecer, un momento de luz, de renovación, de comunión con Dios; que nos hace confiar en un ser superior que está en nuestro corazón y que nos permite dar sentido de propósito a nuestra vida, compartir nuestros talentos, virtudes, amor y compasión por los demás a través de lo que hacemos. Y cada nuevo día nos llena de esperanza de construir un mundo mejor, donde el trabajo nos dignifica y trasciende dando lo mejor de nosotros.
Como una mariposa metafóricamente, renacer, trascender a las propias limitaciones y elevarse a la luz mediante la propia transformación psíquica y emocional. Y volar y reconocer que vivir es lo mejor que nos puede suceder, cuando somos conscientes de ello.
El camino no es fácil, muchas vicisitudes que nos obligan a transformarnos, en un profundo proceso de renovación y reinvención. Hay que ser conscientes de la necesidad de cambios reales en nuestra vida, desapegarnos como una forma de crecimiento personal y espiritual. El verdadero amor hacia nosotros mismos y hacia los demás, parte de la libertad de ser, de hacer, de existir y no depender de circunstancias, personas, momentos que nos atan y no dejan cabida al desarrollo de la persona, de la tranquilidad y paz interior. No es egoísmo es amarse a uno mismo, porque cuando nos amamos no encontramos barreras, no hay tiempo, no hay distancia, solo nosotros en comunión con el universo.
Puedo decir que he salido de la burbuja, de la realidad que arrastraba y ahora es el momento de avanzar sin dudas.
Me encuentro en un proceso de apertura a lo nuevo, de hacerme cargo de lo que debo cambiar, cumplir mi misión de vida, que día con día sea consciente de disfrutar de lo que hago, seguir alimentando mi interior y darme cuenta de lo que aún tengo que trabajar, lo que implica salir de mi zona de confort. Y en todos los ámbitos de mi ser seguir trabajando, con todas mis fuerzas para que mi día sea el mejor y alcanzar equilibrio físico, mental, emocional y espiritual.
No hay vuelta al pasado, cada vez está más lejano y ya no duele. Pero los buenos recuerdos ahí están, todo ha contribuido a ser quien soy, con luces y sombras aceptando mi proceso de cambio.
Ahora siento un mayor equilibrio entre mi mente y mis pensamientos, cuido mis palabras. Cada vez más consciente de lo que representa mi paso por la vida como mujer, en total comunión conmigo misma .
Estoy creciendo, fortaleciéndome, mi espíritu y mi intuición no me engañan y como por arte de magia, de la respuesta o solución que buscaba mi mente ahí está .
Puedo encontrarme “casualmente" con una circunstancia, con una persona y “descubrir" de pronto algo que estaba sucediendo, que antes no me daba cuenta y eso ha resultado en una gran ayuda. Todo se acomoda como un gran rompecabezas en donde cada pieza encaja perfectamente. La sincronía es maravillosa !
Estoy caminando por el sendero correcto, ya no tengo duda a donde voy, ese hogar está en mi interior, en la esencia de ser quién soy, de aceptarme en todas las formas, en todos los tiempos, volver a mi es un acto de amor propio, necesario para avanzar.... Y lo mejor que puedo hacer por mi misma es encender mi propia luz
He amado intensamente , apasionadamente , entregando cuerpo, alma y espíritu, he sido solidario con las causas sociales, pero también había que darme tiempo, amarme más, ser indulgente conmigo misma transformar mi cuerpo, reconocer mi valor, perder miedos.
He dedicado tiempo a cultivar mis espacios, mis tiempos libres, pintar, tocar guitarra, salir a tomar fotografía, cuidar mi jardín, caminar a la orilla del mar, o por un sendero en la selva, esperar un cometa mirando el cielo estrellado, escuchar los pájaros al amanecer, ir al arrecife y perder el miedo y sumergirme y admirar los peces de colores, esperar el atardecer y dar gracias por un día más, en fin… vivir cada momento como si fuera el último.
He entendido que la luz se enciende, cuando enfoco toda mi energía en mí. Ahora puedo percibir que todo fluye , todo se alinea ¡Caray qué emoción me da!
Abro los ojos, porque la vida me sorprende cada día, hay tantas señales como mi intuición las identifica y tantas como es posible tomar. Es un camino largo, pero muy gratificante . Cada día me siento mejor. Porque la consciencia de mi ser es un estado de paz interior, que me llena, me inspira y me hace feliz.
Espero que esta nueva etapa que inicia hoy sea una forma de inspirar a otras personas a reconocerse , amarse, dar y recibir, demos gracias por todo lo que llega a nuestra vida, el universo esta conspirando para que sea una experiencia única, cada vez mejor. De nosotros depende, ser conscientes del potencial que hay en nuestra vida y empezar a disfrutarlo. Para ello hay que ser valientes, con voluntad y mucho amor por nosotras (os) mismos.
