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Patagonia

  • grodriguezwebsite
  • 11 oct 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 27 dic 2020

La ruta por seguir en la búsqueda de mí misma, en un momento en que el tiempo se detuvo y no hubo más remedio que ir a reencontrarme, empresa difícil, cuando la mente está en blanco y nuestra hoja de ruta se ha perdido.


Así inicio mi viaje, ese viaje del alma en el cual no tenía claridad, ni un rumbo a donde ir, solo mi necesidad de escapar de la tristeza y soledad me dio un ligero ánimo de buscar cualquier pretexto para empezar de nuevo.


Empieza el viaje en una breve escala en Santiago de Chile, para después volar a la Ciudad de Buenos Aires, el recuerdo… algo imprescindible, lleno de nostalgia tan sólo para recordar aquellos buenos tiempos, de alegría y compañía plena. Se me hacía tarde para salir de ahí, los recuerdos estaban a flor de piel y no quería volver al pasado, porque ya nada era igual.


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Nube Asperita. Calafate , Argentina


Mi vida se había transformado en un sitio obscuro, sin motivo para vivir. Pero mi viaje era de búsqueda, algo trascendental, catártico que me permitiera volver a encontrar una razón para seguir viviendo. Decidí viajar a Calafate y llegué a ese lugar pequeño, entre el paisaje de la Estepa Patagónica, encontrar un sitio en la vastedad extendida desde el Océano Atlántico y la Cordillera de los Andes.


En donde descubres por primera vez que el viento te acompaña e imposible abstraerte al sonido, como un aliento invisible que ruge con fuerza. Es el viento la voz de la estepa. ¡Es el viento frio que te hace despertar del letargo y sentir que estás viva!


Ese viento que arremolinó aventureros de toda suerte, en la épica de un espíritu templado tan fuerte como la corriente que lo sacude. El viento que moldea las lengas y rizan los lagos


Soy viajera y me fundí con el espíritu del lugar, caminé muchos días, entre el viento frio y seco, en sitios de desolación donde siempre hubo historias que contar y que escuchar sobre el orgullo y esfuerzo de esa tierra Patagónica.


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Lago Argentino, Calafate


Es una tierra recia, de ásperas planicies. En la inmensidad esteparia por momentos me recordaba mi tristeza, pero al mismo tiempo me cautivó y me identificó en la soledad irreductible de mí misma, en ese sitio que me hacía reflexionar a cada paso, como sinónimo de verdad, de existencia.


Guarda mucho la nada aparente, en la geografía al oeste las cordilleras, ríos y bosques milenarios, ahí cruce la frontera en Santa Cruz, adentrándome en Torres del Paine con lagunas lechosas de los deshielos de glaciares y lagos profundos intensamente esmeraldas.


Los sentidos despiertan se regocija la vida, son los colores de la Patagonia, la geografía, la estética, la narrativa visual que cautiva mis ojos, ávidos de conocer y guardar en lo más profundo de mi espíritu aventurero esas imágenes por tanto tiempo buscadas.


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Icebergs en el glaciar Upsala . Calafate Argentina


Y precisamente ese estado de intimidad con la soledad, permite que aflore la sensibilidad, y algo que me hizo salir de mi estado de aislamiento, fue la flora de la estepa patagónica, que es de admirar debido a la rigurosidad del clima. Realmente es de maravillar entre tanta aridez, la presencia de tiernas y bellas flores, llenas de color


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Calceolaria uniflora. Paine, Chile


Regresé de ese viaje y desde entonces nunca volví a ser la misma, en ese lugar pareciera que el viento se llevó mi letargo, poco a poco empecé a ver la vida diferente, recordando que todo tiene un sentido y que nada es en vano.

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Paisaje en Calafate, Argentina


Nuestras tristezas, desconsuelo y perdida de el sentido de nuestra vida, tarde o temprano puede cambiar. Para mí en ese paisaje, en un sueño, encontré respuestas; porque al estar conmigo misma en los sonidos del silencio, pude hallar esa voz interior que acompañará un sendero apenas perceptible, pero al fin y al cabo un sitio por donde volver a empezar.


Desde entonces guardo en mi corazón, ese lugar donde me reencontré.

El contacto con la naturaleza despierta los sentidos, nos conecta con la energía divina, ¡nos permite sentirnos en paz y al mismo tiempo empezar a dar un nuevo sentido a nuestra vida cuando hemos perdido lo que más amábamos y encontrar una razón para seguir adelante y existir!


Y dar tiempo a sanar heridas del pasado, porque ese es el principio de la liberación del alma y del espíritu


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Torres del Paine; Chile, Diciembre 2015

 
 
 

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